Comunidad sexodiversa sin derechos

Venezuela, a diferencia de otros países latinoamericanos, sigue atrasada en materia de derechos de personas sexodiversas (LGBTI)

“Un día íbamos en un taxi dos amigos y una amiga. Todos de ambiente. La policía paró al taxi y no nos querían dejar ir, no había motivo para tenernos ahí. Uno de los policías se enamoró de mi amiga, que era lesbiana, y empezaron las ofensas hacia nosotros y hacia ella. El paco fue claro, nos dijo que no nos íbamos a ir hasta que mi amiga le hiciera sexo oral…”. Esta es solo una pequeña historia que cuenta un joven valenciano de 18 años que asistió a la marcha del Orgullo Gay en Caracas, quien no quiso revelar su identidad por seguridad.

El Día Internacional del Orgullo LGBT (Lesbiana, Gay, Bisexual y Transgénero), también conocido como Día Internacional del Orgullo Gay, tiene lugar cada 28 de junio o el primer sábado posterior a esta fecha. En la cual, todos los colectivos o asociaciones homosexuales se reúnen de forma pública, en las distintas capitales del mundo, para articular acciones e instar a la reflexión sobre la discriminación, basada en la violencia física, moral, sexual o simbólica de las personas lesbianas, gays, bisexuales,travesti,  transexuales, transgéneros e intersexuales.

Este día se conmemora por los disturbios de Stonewall en 1969, que marcaron el inicio de la liberación homosexual.

El domingo 30 de junio la comunidad LGBTI venezolana, marchó desde la estación Miranda hasta Zona Rental, donde se ubicaba una tarima. Colectivos de distintos estados del país asistieron masivamente a la convocatoria para expresar sin tabúes su orientación sexual, además de demandar sus derechos mediante mensajes en pancartas, panfletos y cuerpos pintados.

Hombres con tacones y ropas femeninas caminaron por la avenida Francisco de Miranda, cuerpos semidesnudos pintados de colores llamativos, lentejuelas, maquillajes elaborados, atrajeron la atención de quienes paseaban por las calles.

La población sexodiversa presente, más que poder festejar y marchar libremente una vez al año, tienen varias solicitudes legales pendientes: primero, el reconocimiento de uniones estables de hecho entre parejas del mismo sexo; segundo, reconocimiento de la identidad de personas trans; tercero, tipificación de crímenes de odio en el Código Orgánico Procesal Penal y agravante por agresiones homofóbicas o transfóbicas; cuarto, aprobación de adopción conjunta por parte parte de parejas homoparentales; y por último, la protección integral contra la discriminación en todos los ámbitos.

Las exigencias de este grupo ya no tienen que ver únicamente con la unión en matrimonio, sino con algo más esencial: la protección de sus derechos humanos como ciudadanos venezolanos. La comunidad LGBTI de venezuela solicita la inclusión de los llamados crímenes de odio en la Legislación Nacional, casos como el del joven valenciano se repiten a diario en cualquier rincón del país y no existe una herramienta jurídica a la que puedan acudir por su condición homosexual o trans.

Una excepción regional

A nivel mundial, América Latina se encuentra entre las regiones con mayor avance en el tema de derechos de la comunidad LGBTI, de acuerdo con lo que explica la doctora en derecho, Tamara Adrián, secretaria mundial trans de ILGA (siglas en inglés,  International Lesbian, Gay, Bisexual, Trans and Intersex Association), Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersexuales.

El informe de mayo de 2013 publicado por esta organización habla sobre el gran salto que se da en países de la región, como Argentina, donde la creación de la Ley de Identidad de Género de 2012 permite cambiar legalmente el nombre y el sexo de una persona que así lo desee y solicite. Algo similar ocurre en Uruguay desde 2009, donde ciudadanos pueden solicitar el cambio de nombre, aunque primero deben superar un juicio.

En Colombia y Ecuador, se permite hacer una solicitud simple de cambio de nombre, pero no de sexo. En este último país, como en Costa Rica y Chile existe una discusión legal sobre la creación de una Ley de Identidad de Género. “Argentina, Uruguay y Ciudad de México permiten el matrimonio igualitario, co-maternidad, co-paternidad y adopción conjunta, mientras que Colombia, Ecuador y Brasil reconocen la igualdad de derechos a todas las parejas”, se explica en el informe.

La reforma del derecho penal también se está abriendo paso en América Latina, tema que tiene vital importancia en la comunidad LGBTI. Bolivia y Honduras ha criminalizado las acciones homofóbicas y Costa Rica tipificó los delitos por odio. En contraste, Venezuela y Perú, están entre los países de la región donde no ha habido progreso alguno en materia de inclusión legal de la población sexodiversa.

Desde 2007, se han presentado documentos ante la Asamble Nacional de la República Bolivariana de Venezuela con las solicitudes de reconocimiento que hace la comunidad LGBTI del país, pero hasta el momento no han obtenido una respuesta por parte de este poder público. En los documentos se encuentra una exigencia particular para la tipificación de delitos por odio, que Adrián define como “una categoría que se refiere a agresiones y delitos cometidos contra una persona y que están asociados a prejuicios del atacante que pueden ser religiosos, raciales, por su nacionalidad o por su orientación sexual e identidad de género, real o percibida", pero tampoco ha conseguido entrar en el debate del hemiciclo.

Cada año, las movilizaciones organizadas por esta comunidad se toman un día para llegar hasta los entes encargados de la legislación venezolana y entregar informes, pero cuando se pregunta sobre el estatus de estos documentos, la doctora en derecho responde muy segura que “deben estar en la gaveta de alguna persona”.

La agresión contra  personas con preferencias sexuales distintas a la heterosexualidad es una realidad que organizaciones de distintos orígenes reconocen. Sin embargo, existe una discrepancia en cuanto a la tipificación de los distintos crímenes de odio de los que son víctimas las personas sexodiversas.

Dos puntos de vista

Existen diversas asociaciones y ONGs que defienden y velan por los derechos humanos de las personas sexodiversas en Venezuela. Con respecto a la violación o crímenes por odio basado en violencia física u homicidio, Gabriel Silva, representante del Bloque Socialista Unido de Liberación Homosexual y vicepresidente de la Asociación Civil Orgullo LGBT, expresó que no existen delitos o crímenes de odio desde su perspectiva.

Explica que evidentemente coexiste una violencia general en el país que no permite determinar que el motivo de la agresión o muerte de un homosexual sea el rechazo hacia su condición sexual. Por otra parte, argumenta que el caso de las personas trans es distinto porque trabajan y lidian con las vicisitudes de la calle. “En muchos casos se enredan en problemas de tráfico de drogas, aunado a la prostitución”, amplía; condiciones que para él, imperan como causa principal de homicidio, y no precisamente sus tendencias sexuales.

Considera que en Venezuela “estamos reyes” pues en distintos paises de latinoamérica y el mundo aún se sanciona la unión entre personas del mismo sexo, contemplado en sus respectivas leyes.

En contraste,  Rosmit Mantilla, dirigente de Proinclusión, movimiento del partido Voluntad Popular que defiende los derechos de la comunidad LGBTI de Venezuela, asegura que sí existen crímenes impulsados por el repudio contra personas sexodiversas. “Nosotros estamos convencidos de que existen delitos por odio, pero como el Estado no los reconoce, no es motivo de estudio”, sostuvo Mantilla.

Cada lado ve con su propia lupa, pero la realidad es una sola y está ahí. Los delitos por odio no están necesariamente ligados con la muerte de las víctimas. Cualquier tipo de agresión entra en esta categoría.

Las cifras

En 2008, un segundo informe publicado por Acción Ciudadana Contra el Sida (ACCSI), sobre Homofobia, Violencia e Impunidad contra la Comunidad Lesbiana, Gay, Transexual y Bisexual en la República Bolivariana de Venezuela evidenció que en una encuesta realizada a miembros de la comunidad LGBTI venezolana el 61% de los encuestados reportaron haber sufrido agresiones provenientes de particulares, y que el 79% de estas personas no denunciaron el abuso.

Una encuesta más reciente, realizada en enero de 2012, online, por Diverlex, Diversidad e Igualdad a Través de la Ley, en conjunto con la doctora Tamara Adrián, sobre la Situación de discriminación y violencia contra la población LGBT de Venezuela arrojó que de 236 personas, 57 ha sido agredida físicamente por ser LGBTI, lo que representa un 24% del total. Sin embargo, el panorama cambia cuando se trata de maltrato verbal. De 242 personas, el 82% de los encuestados afirmaron haber sido víctima de alguna agresión verbal por ser LGBTI, lo que se traduce en un total 199 agredidas verbalmente por su orientación sexual.

En una encuesta realizada a 100 personas el pasado domingo en la marcha del Orgullo Gay en Caracas, se le preguntó a cada encuestado si consideraban que existía en Venezuela delitos por odio, si había sido víctima de crímenes de este tipo y si conocían a alguien que hubiera sido víctima.

A la primera pregunta, 90 personas respondieron afirmando que sí ocurren delitos de odio en Venezuela. De este grupo, un 29% ha sido víctima de abuso, lo que equivale a 26 personas protagonistas de la agresión; mientras que, el 78% de los encuestados conoce a alguien que ha sido víctima de agresiones de odio, es decir, 70 de las 90 personas.

Es válido resaltar que entre los encuestados no hubo trans, que suelen estar más asociados con los delitos motivados por odio.

En materia de agresión contra la población sexodiversa, la organización Venezuela Diversa, asociada a la red LGBTI de Venezuela, empezó a documentar estos casos desde 2008, a raíz de la muerte de un merideño, según se explica en un reportaje de El Universal.


Homofobia

Dévora (27), trans del estado Vargas, cuenta que en su lugar de residencia nunca ha tenido problemas de discriminación porque todo el mundo la conoce, pero sabe que no en todos lados sucede igual. La joven asegura que cuando va a visitar a su familia en el estado Yaracuy no puede salir a la calle sola. “Cuando llego me buscan en carro al terminal y me dejan en la puerta de la casa porque saben que en la zona las agresiones contra LGBTI son comunes. Allá se ha sabido de casos en los que desnudan a los hombres y les dan palizas solo por ser homosexuales. Imagínate a mí, vestida de mujer”.

En la calle, diariamente se escuchan descalificaciones hacia las personas homosexuales. Aparte de agresiones verbales, hay casos de agresiones físicas y sexuales por homofobia, por abuso de poder u otras razones. Es el caso del joven valenciano, quien quiso compartirlo protegiendo su identidad, sin embargo, existen otras oacasiones que han trastocado a las autoridades y asociaciones defensoras de la comunidad LGBTI en el territorio nacional; así como también incidentes que son silenciados por miedo por parte de la víctima.

En el año 2012 en el estado Aragua, específicamente en el municipio Linares Alcántara, el estudiante Angelo Prado Perdomo de 18 años fue rociado con gasolina y prendido en fuego vivo. El hecho fue perpetrado por tres jóvenes y uno de ellos que fue capturado alegó que “en esa zona no se aceptaban homosexuales”.

Asimismo, el caso del  profesor Lava Socorro de la Universidad Santa María que fue suspendido por expresar, en su clase de Derecho Romano a estudiantes de primer semestre, comentarios homofóbicos. Esto causó gran revuelo y rechazo en las plataformas sociales Twitter y Facebook, tanto que logró la suspensión del docente. La evidencia fue un video publicado en Youtube que logró más de 25mil visitas. En la grabación se escucha como el catedrático le dice a sus alumnos que los romanos aborrecían a los griegos porque estos últimos eran homosexuales, también dice: "Usted no puede usar el ano para tener relaciones sexuales, porque el ano es para defecar".

Ante este hecho la Fundación Reflejos Venezuela dirigió un comunicado a la Universidad Santa María, Defensoría del Pueblo, Asamblea Nacional en donde se le acusó a Lava Socorro de violación de los derechos humanos.

Precisamente por la resonancia de estos casos, la respuesta judicial ha sido mayor, pero no es lo común. En cambio, es frecuente que los delitos cometidos en contra de personas sexodiversas sean procesados, en caso de serlo, como delitos comunes o pasionales.

De la fundación Reflejos de Venezuela aseguran que la falta de protección legal es una carta blanca para que particulares y funcionarios policiales perpetren actos de abuso en contra de personas pertenecientes a la comunidad LGBTI por razones de su orientación sexual o identidad de género.

Exigencias

Frente a este panorama, la comunidad ha sido firme en sus peticiones. Este mismo año, se entregó nuevamente un documento en el que se reafirman las exigencias de reconocimiento de la sexodiversidad en Venezuela.

Tamara Adrián, sostiene que las solicitudes legales son cuatro. Parten de una reforma del de

1.     Suprimir la condición de “hombre y mujer” del artículo 118 del Código de Registro Civil, referido a las uniones estables de hecho, que contempla lo siguiente:

“La libre manifestación de voluntad efectuada entre un hombre y unamujer, declarada de manera conjunta, de mantener una unión estable de hecho,conforme a los requisitos establecidos en la ley, se registrará en el librocorrespondiente, adquiriendo a partir de este momento plenos efectos jurídicos,sin menoscabo del reconocimiento de cualquier derecho anterior al registro”

De este modo, las parejas del mismo sexo podrían celebrar uniones estables de hecho.

2. Modificación del ley Orgánica de Registro Civil para el reconocimiento de la identidad de personas trans, que no está contemplado.
3. Inclusión de una disposición de agravante específica por odio en el Código Penal, además de un delito específico de agresiones homofóbicas o transfóbicas
4. Protección integral contra la discriminación en todos los ámbitos

No han recibido negativas formales a sus peticiones, sin embargo la omisión del tema es evidente. En un encuentro entre representantes de la Red LGBTI de Venezuela y en otrora el presidente de la Asamblea Nacional, Luis Fernando Soto Rojas, se refirió a las acciones de defensa de este grupo como una lucha interesante, pero que se trata de un tema de resistencia política, así lo expresó Rosmit Mantilla.

Llama la atención que todavía existan partidos dentro del poder legislativo que al momento de debatir sobre el tema, sostengan argumentos religiosos en contra de la homosexualidad, siendo este un Estado laico. Los grupos religiosos son los principales resistentes al cambio en la región, lo que significa que la iglesia y sus posturas conservadoras aún se imponen sobre la legislatura de algunos países.

El activismo por parte de quienes defienden los derechos humanos de la comunidad LGBTI no cesará. Su trabajo apunta a que en un futuro Venezuela logre estar a la par de sus homólogos.

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